Superalimentos

08 September, 2018 AJO NEGRO

Empleados desde tiempos ancestrales por los pueblos originarios como alimentos sanadores de cuerpo y
mente, los superalimentos se caracterizan por su densidad superior. Se distinguen por tener efectos
energizantes, por incrementar la vitalidad y optimizar el rendimiento. En un mundo y una época en la que
los alimentos industrializados y refinados están a la orden del día, en el que los alimentos grasos, fritos y
dulces resultan más baratos y están más a mano, aparecen carencias importantes a nivel de vitaminas y
minerales. Los alimentos utilizados en las llamadas ¨comidas rápidas¨, pueden saciar transitoriamente el
apetito, pero no aportan los elementos vitales que necesitamos para estar sanos. Cuando estos alimentos

industrializados se consumen desde la temprana edad, se plantean carencias a nivel nutricional que con el
tiempo terminarán por afectar el estado anímico y la salud de la persona. El cansancio comienza a ser
moneda corriente y se tiende a recurrir a hidratos de carbono, dulces, cafés y otros excitantes para obtener
energía. En este contexto, los superalimentos –que en realidad no son descubrimientos novedosos, sino que
son productos que siempre existieron pero que últimamente se están reivindicando y recuperando para el
consumo cotidiano en las grandes urbes- pueden ayudar a restituir nutrientes esenciales (fitoquímicos,
fitonutrientes, minerales, vitamina y enzimas). Buena parte de ellos son productos que se consumen crudos
y tienen gran cantidad de antioxidantes, lo cual genera barreras contra los microbios y las inflamaciones.
Últimamente los superalimentos se pusieron de moda. Su condición súper saludable -derivada de la
presencia superlativa de vitaminas, grasas saludables, minerales y antioxidantes en su conformación- hace
que estén en el candelero, en una época en que Occidente busca opciones más sanas a nivel de la
alimentación. Productos ancestrales como la quinoa comienzan a llegar a las mesas de las grandes ciudades,
en paralelo con otros superalimentos más conocidos y habituales como los aceites de oliva vírgenes y ciertos
frutos secos, el ajo, el chocolate negro y legumbres. Justamente esta exposición genera cierta tendencia a
dotar a estos alimentos de un halo “mágico”, cuando en realidad lo importante es incorporarlos dentro del
marco de una dieta variada, sana y equilibrada. Más allá de estos matices, el potencial nutritivo de los
superalimentos es para tener muy en cuenta. Al ofrecer fibras dietéticas, minerales y vitaminas fortalecen la
salud; y con sus antioxidantes alejan las probabilidades de padecer enfermedades crónicas, colaboran para
desintoxicarnos y potencian el sistema inmunológico.
Entre los superalimentos más conocidos figuran el ajo, el aceite de oliva, las nueces, la maca andina y
diversas semillas (como las de chia). Es sabido la alimentación cumple un rol clave para mantener la salud; y
estos alimentos, con su aporte espectacular, transforman la comida en una auténtica medicina.
Qué Aportan al Organismo
La tendencia a consumir superalimentos crece en todo el planeta. La razón es sencilla: son productos
naturales y saludables. Pero, ¿por qué tienen este efecto tan positivo sobre nuestra salud? En principio
podría decirse que son alimentos que se distinguen por su baja densidad calórica, contienen buena cantidad
de antioxidantes (vitaminas E y A) y fitonutrientes y además aportan mucha fibra y minerales. Este combo
hace que sirvan para prevenir distintas dolencias y particularmente las enfermedades cardíacas. Como
ejemplo, el aceite de oliva extra virgen puede disminuir la prevalencia de cáncer de mama entre las mujeres;
además dispone de propiedades antioxidantes, disminuye el índice de infartos y baja el colesterol malo.
Las propias legumbres se consideran también como superalimentos, ya que son generosas en fibra,
prácticamente no tienen grasa, aportan mucho magnesio y calcio y suman proteínas.
La quinoa es un alimento ancestral que se considera un pseudocereal, aunque en realidad es semejante a las
legumbres. Contiene abundantes aminoácidos, proteínas y fibras digeribles, aportando a la salud del tracto
intestinal y poniendo a buen resguardo de ciertas dolencias serias (cáncer de colon, por ejemplo). En
cambio, no contiene gluten.
Otro alimento muy saludable es el brócoli, que aporta mucha fibra, antioxidantes y vitamina C. Y por
ejemplo las nueces aportan grasas saludables (recomendadas para el corazón y el colesterol), abundante
vitamina E y fibra; las nueces también son una buena fuente de Omega3 (que baja las inflamaciones y
apuntala la salud cardiovascular), al igual que las sardinas.
Por ser rico en antioxidantes, el chocolate negro favorece la salud del sistema nervioso y del cardiovascular.
Y por su parte el ajo fortalece el sistema inmune con sus propiedades antibacterianas, actúa como un
excelente diurético y optimiza el colesterol.

El Ajo Negro como Superalimento y su Uso en la Alimentación
Si el ajo de por sí ya tiene propiedades súper saludables, el ajo negro es un superalimento que las potencia.
Esta variante que es fruto de una maduración controlada del ajo convencional, presenta beneficios notables.
Es un alimento descongestivo, expectorante, antiséptico y con propiedades antibióticas, que aporta 18 de
los 20 aminoácidos esenciales.
Además tiene propiedades antiestrés (tiene mucho azufre y fósforo, con lo cual actúa como un sedante
natural), reduce el colesterol negativo y actúa como un energizante natural. Al consumirse de manera
frecuente baja y regula la presión sanguínea y expande las dimensiones de los vasos (su diámetro).
Considerado como un “súper antioxidante”, tiene el potencial de retrasar el envejecimiento.
El componente básico del ajo negro es la alicina, un antioxidante que previene dolencias cardiovasculares al
permitir la eliminación del colesterol y de lípidos y al conservar la presión sanguínea en niveles
convenientes. Por otro lado, protege de virus y bacterias y evita que se calcifiquen las arterias. Además se
recomienda para los asmáticos o personas con inconvenientes respiratorios y es un alimento que fortalece
los huesos.
En lo que concierne al uso cotidiano, el ajo negro tiene la importante ventaja de no dejar malos olores en la
boca (ya que su aroma es mucho más sutil que el ajo común) y además se digiere con mucha mayor
facilidad, sin ocasionar reflujo.